Vaya por delante que en modo alguno queremos frivolizar con un tema tan sensible como es el de los graves efectos del tabaquismo, científicamente constatados, ni minimizar el problema de salud pública que conlleva. Y que sabemos que es esta una materia sensible.
Pero dicho esto, sí queremos dejar constancia de un sentir -nos consta que extendido en el sector del tabaco- de cansancio y malestar por esa (omnipresente y cansina) ‘demonización’ del tabacos y sus malignos efectos. Llevamos mucho tiempo con normativa y actuaciones que inciden muy especialmente (y negativamente) en el Sector: prohibición de cualquier tipo de publicidad, ni siquiera indirecta, prohibición de fumar en espacios públicos (primero diferenciando zona de fumadores, en cafeterías, aeropuertos.. etc, y después ya generalizada), veto de cualquier imagen relacionada (ya no sólo fumar, sino ceniceros, cajetillas etc.) en medios de comunicació (programas televisivos, etc.)… publicación continua de artículos periodísticos.. La última que leemos estos días en la prensa es que se está pensando en prohibir (¡qué manía con prohibir… ¡) fumar en los vehículos privados (¡¡) y en los estadios de fútbol… Roza el surrealismo. ¿Dónde queda el libre albedrío del ser humano? Porque todo el mundo conoce que el tabaco tiene efectos nocivos. Seguro.
Y, sin cuestionar la oportunidad de muchas de esas actuaciones (sería a todas luces absurdo, por ejemplo, que se pudiera seguir fumando en hospitales), no podemos dejar de remarcar las diferencias con el tratamiento que se presta a otros productos nocivos, particularmente el ALCOHOL, la sorpresa que nos causa y lo llamativo que resulta; y es que:
-En cualquier televisión vemos diariamente anuncios de CERVEZA (con llamativos reclamos como ‘Inteligentemente simple’ o ‘Exageradamente buena’ o ‘Libera lo que sientes’ o….). Todo es maravilloso y alegría.
– Podemos acceder, sin problema ni control de ningún tipo, con ‘ofertas especiales’.. a comprar cualquier botella de alcohol de cualquier graduación (no sólo cerveza, por supuesto), en Supermercados, Tiendas Ultramarinos…
– Podemos consumir sin límite en cualquier establecimiento (bar, cafetería, restaurante, pub…)
– Jóvenes (la mayoría menores) se reúnen en ‘botellones’ en lugares públicos, sin control ni prohibición alguna, a beber alcohol ‘a granel’.
Y las preguntas son inevitables:
¿Sabemos de algún accidente de tráfico que haya sido motivado por ‘exceso de tabaco’ en el responsable?
¿Alguien ha entrado en coma ‘tabaquil’ por haber fumado más de la cuenta?
¿Se producen episodios de violencia, especialmente de la denominada ‘de género’, desatada por estar el agresor bajo la influencia del tabaco?
En todos esos problemas (y en muchos más) tiene especial incidencia y responsabilidad el consumo de alcohol. Y no estamos hablando de libre albedrío (como la decisión de fumar en mi coche o en mi casa) sino de que el borracho de turno puede salir ileso del accidente de tráfico que provoca y causar la muerte a otras personas; y no digamos en los otros ejemplos.
En otros paises (por ejemplo Suecia) sí se preocupan de algo más que del tabaco. Pero aquí parece que todos los males y efectos nocivos para la salud son provocados por el tabaco. Y sólo por el tabaco, que es a lo único que hay que darle caña.
Pero no hablamos sólo del alcohol en este agravio comparativo.. Recientemente se publicaba una noticia (eso sí, como excepción que confirma la regla) que se titulaba ‘La CONTAMINACIÓN AMBIENTAL causa más muertes prematuras (800.000 al año en Europa) que el tabaco”
Y qué decir del titular “El 59% de las muertes están provocadas por una MALA DIETA. La OMS atribuye a la alimentación enfermedades como el cáncer y la diabetes”
Otro tanto podemos decir: Nos ‘bombardean’ con publicidad de productos que poco o nada pueden tener de saludables, recargados de azúcares, aditivos, potenciadores de sabor, estabilizantes etc; eso sí, en letra pequeñita y prácticamente ilegible sale una direccion de una página de ‘hábitos saludables’ o ‘consume con moderación’… et voilà, todo arreglado y no pasa nada.
Y no podíamos olvidarnos de otro sector tan en boga últimamente, surgiendo empresas nuevas como setas: las APUESTAS DEPORTIVAS. Se incita con publicidad agresiva (que, por supuesto, reciben y absorben menores de edad que hoy tienen pleno acceso en sus smartphones a las aplicaciones, sin control alguno), no hay reparo en los gravísimos problemas de ludopatía que existen y se agravan a pasos agigantados. Tampoco pasa nada,.
Y ya la guinda de la hiprocresía es comprobar que ese mismo Estado que crea ese estado de opinión, es el que mayor tajada saca del pastel: hasta el 80 % de lo que se paga por un producto va a parar a las arcas del mismo; en el año 2018 más de 9.000 MILLONES DE EUROS. Sí, sí, han leído bien.